Carlos Urquidi G.

Chihuahua, Chih.- Desde la óptica de la crítica teatral, echemos un vistazo a la propuesta ‘La golondrina y su príncipe’, aquí no influye la polémica, su costo, ni si va o no la gente a verla.

Aunque sí es justo y necesario un leve contexto: Envuelta en la polémica y el rechazo desde el anuncio de su realización por la estratosférica cifra de dinero oficial empleada en su realización —35 millones de pesos — la obra teatral ‘La golondrina y su príncipe’ vio su estreno el pasado fin de semana y desde un vistazo meramente artístico, con y a conciencia, el montaje a cargo de Alberto Espino tiene muchos ángulos para analizar, primero desde su costoso precio y hasta el anuncio gubernamental de ser “la obra de primer mundo jamás vista en Chihuahua”.

Comenzamos…

De entrada y siendo extremadamente fríos y sinceros ‘La golondrina y su príncipe’ no impacta ni con su libreto, ni su escenografía, la música, la dirección y tampoco con sus efectos ‘especiales de primer mundo’ y termina siendo una mezcolanza que de original no tiene nada ya que obras musicales hay muchas y los recursos usados por Espino fracasan, quedando como a una mala copia de ellas, remitiéndonos por momentos a cuadros de ‘Los miserables’, ‘La bella y la bestia’  y ‘El Mago de Oz’; además de tener la desfachatez de despojar de su crítica social el bien logrado cuento ‘El príncipe feliz’ de Óscar Wilde y convertirlo en un simple cuento infantiloide, condescendiente y manipulador. 

La “lección de humanidad, amor y generosidad” del trabajo de Wilde se pierde entre fierros y maquetas disfrazados de oropel..

Recordemos que los cuentos de hadas en su análisis, antes de la romantización inventada por Disney, no son precisamente miel sobre hojuelas, basta mencionar “La niña de los cerillos” de Hans Christian Andersen.

Regresando a ‘La golondrina y su príncipe’ falla en casi todos sus aspectos tanto en su libreto como en su montaje, primero por caer en el error de creer que todo mundo conoce el libro en la que se basa y va sumando personajes carentes de identidad propia, sin un leve contexto y peor aún, descuidando hasta el tono y los matices de voz, no es posible/creíble que todos mantengan una misma personalidad sin marcar la diferencia de creencias socioculturales y económicas en las que se desarrollan.

Ese detalle serviría para que el espectador defina si está ante una tragedia, un drama o una comedia y no, aquí todos tienen voz y actitud de ‘wow que lindo’, aunque algunos de ellos deban interpretar personajes que están muriendo de hambre o frío.

Aquí una explicación necesario: se llama acto a cada una de las partes en las que se divide la obra, así, cada acto se divide en cuadros y escenas donde se desarrolla una situación.

Recordando y aplicando lo anterior, el espectador debe reconocer perfectamente cada acto con ayuda de la escenografía y el desarrollo, debe olvidarse de tal o cual decorado cuando el personaje se transporta a otro lugar o situación, pero aquí no cuaja tal elementalidad teatral, pues la escenografía es tan tiesa, tan apretada, en un espacio tan reducido que el recurso del cañón de luz que los sigue resulta insuficiente para separar cada acto, no hay telones, no hay apagón completo de luces, no hay nada tan básico para crea esa atmósfera de tiempos.

En específico hay 10 actores al lado izquierdo moviéndose y de repente aparece la ‘golondrina’ en el lado derecho para ir junto al ‘príncipe’, se pone a cantarle y ¡aún no sacan a la bola del escenario!.. eso le roba fuerza y quita la atención del espectador, en pocas y breves, esa bola estorba, ya es innecesaria, sáquenla de ahí. Tal situación se repite una y otra vez.

Ejemplificando lo dicho en el último párrafo inmediato y si usted ya vio la obra no me dejará mentir que no sabía si sufrir con la ‘golondrina’ cantando como loca su amor o ver como varios gnomos y hadas ya se estaban acomodando detrás de un minúsculo biombo. Inaceptable.

O más aún, el número musical del tema que dice ‘en un frío invierno en las calles pobres de mi gran ciudad’ denota de nuevo el uso en exceso del recurso de cuadros con actores ambientales.  

Seguido de un momento francamente aterrador: el ‘príncipe’ canta ‘solos tú y yo’ pero al mover la cabeza dan unas ganas extremas de salir corriendo, su cara de resina (o sabrá Dios qué material es) aunada a los efectos especiales, por llamarlos de alguna manera, crea un efecto de películas de terror Serie B.

¿Dónde están la congoja, el sufrimiento, el amor que se supone que sufre?.. Más parece que tiene retortijones y le urge ir al baño.

Unamos a eso las alas tiesas de la golondrina y su diamantina en la cara, ¿las sacaron del mundo de Willy Wonka?

Aunque a Willy Wonka le encantaría la sobresaturación de sombreros y lentes tipo aviador en todo el elenco, hasta en la banda que por cierto ni se ve pues la tapan las estructuras que sostienen los cañones de luz y bocinas.

Para las 20:54 pm en la función del pasado domingo 13, los aplausos eran casi nulos y no muy sonoros.

Pobre la clarinetista, sube y baja, baja y sube de su pedestal.

Es hora del intermedio y de aquí en delante surgen más y más preguntas y el declive escénico musical de la propuesta de Alberto Espino es más que evidente. No ofrece alguna novedad ni deja algo digno para recordar o permanecer en la memoria colectiva.

Usemos el intermedio para responder lo dicho por Alberto Espino

Dijo: “será una superproducción jamás antes vista en la ciudad de Chihuahua”

Respuesta: del dicho al hecho hay hecho trecho

Dijo: “construimos una ciudad completita, que son 30 metros de largo por 20 de fondo”

Respuesta: No es una ciudad, parece el patio de una vecindad de antaño donde todo está pegado uno a lo otro y de día es una y con las luces se ve más apretada.

Dijo: “construimos una escultura de 15 metros”.

Respuesta: Sí, el príncipe se ve grande de día, durante la obra se pierde y luce más pequeña de lo que es. Un detallito, las dos escaleras, aparte de innecesarias, lo refunden al fondo.

Dijo: “en pintura,  hay dibujos originales”.

Respuesta: ni se ven, la paleta de colores usada no es la correcta para las luces pues se pierden. 

Dijo: “tenemos animación en tercera dimensión”.

Respuesta: lanzar papelitos dorados al aire no es muy 3D ya que el término 3D hace alusión a un objeto o espacio que tiene ancho, altura y profundidad (longitud), además de ser una herramienta que permite crear y modificar objetos tridimensionales, pero eso no se logra, a simple vista se ven las estructuras metálicas, bien se pudieron armar una tercera o cuarta pared con lonas para terminar de simular las casas, mínimo; tampoco el uso de láser, a estas alturas de la tecnología, es muy novedoso que digamos. Si se va a romper la cuarta pared del teatro convencional hay que echarle más ganitas.

Dijo: “hay toda una orquesta completa participando”

Respuesta: Breve y sencilla, la tapan las mamparas.

Dijo: “Es un teatro gigante, toda esa infraestructura se va a quedar para poder utilizarse en el futuro”.

Respuesta o más bien pregunta: ¿en qué se va a poder usar el monigote, las estructuras o los telones?

Dijo: “el Teatro de las Héroes y el Teatro de Ciudad Juárez funcionan con tecnología del siglo XVIII, pero tecnología mal cuidada, malamente administrada, completamente administrada, ellos cómo van a tener idea de cuánto cuestan las cosas si usan material de hace 300 años”.

Respuesta: En la historia del teatro reciente en México surgieron ‘La dalia negra’ y ‘Atracción fatal’, son híbridos poco convencionales que van más allá del teatro y se adentran al cine y hasta el cómic logrando su cometido a la perfección en escenografía, historia, tecnología de punta y 3D y ambas subieron a escena en el Teatro de los Héroes sin ningún problema; más aún, ‘La dama de negro’, que cumple actualmente 28 años en cartelera, sigue siendo de los primeros montajes en aliarse de otras artes para conseguir un excelente cometido. 

Regresamos tras el intermedio

Durante la segunda parte del espectáculo Espino pierde totalmente la brújula olvidando que en toda estructura teatral se debe ir llevando al espectador al clímax, ir de menos a más y más.

Amén de que su dirección escénica, o falta de ella, que sigue siendo extremadamente lineal: los actores caminan a la izquierda y dicen sus diálogos, ahora a la derecha y hablan, dejando mucho espacio muerto, además de hacerse más latentes y tediosos los espacios entre número y número.

Tachota mayúscula en la dirección actoral y vocal, se desaprovecha la enorme oportunidad de lucir las voces de por lo menos tres cantantes chihuahuenses de altos vuelos.

Palomita para el audio, cumple su función, siendo que fue el rubro en que menos gastaron.

También tachota para la música y letra por ser tan repetitivas, así como los tonos y matices, los ensambles descuadrados al interpretarlas, excepto el tema con tintes rockeros, es lo más rescatable.

Cantan:

“Debo amarlo para liberarlo”. ¿La bella y la bestia?

“Busca entonces el secreto de su esencia”. ¿Otra vez la bella y la bestia?

“El viento del oeste, parece que una helada llegará”. ¿El mago de Oz?

“Cuéntanos qué viste”. ¿Por qué pensé con ese diálogo en ‘Las mil y una noches’? Número metido a chaleco y demasiado extenso con personajes bulto amontonados en un solo lugar del escenario.

La ‘golondrina’ cuenta su historia al cónclave (representado por animalitos que lucen un vestuario que ni a el disfraz llega, son unos simples cartones con dibujos por los cuales los actores sacan las manos y ni les cubren todo el cuerpo).

Excelente la voz del narrador pero innecesaria, en un musical para eso están las rolas, son el hilo conductor.

La golondrina muere… sin impacto, ya que para ello meten y meten más canciones y dos largos, muy largos, excesivamente largos solos al piano, órgano, teclado o lo que sea.  

Los seis números finales son malos, muy malos, requetemalos.

Aquí unos detalles más del evidente descuido general de la puesta en escena

-Los aldeanos de esa ciudad sufren, tiene hambre, están inconformes, entonces porqué lucen un vestuario impecable.

-La máscara del búho, aparte que le queda pequeña, es tan común en las fiestas caseras de disfraces.

-El maquillaje teatral ya existe y tiene una función específica. Acá ni las facciones se definen al ser un montaje de gran formato, pues se olvidan que en fotografía es una cosa y en vivo otra muy diferente.

-El número operístico. Pintamos toda la casa, pero qué es esooooo.

-El trenecito y el zapatito están monos.

-El número de las golondrinas de ‘origami o de globo’ es totalmente amateur, las telas que recrean el cielo les quedaron pequeñas.

Y la pregunta del millón: ¿Dónde está la pantalla italiana de 10 millones de pesos? aunque de nada cambiaría el producto final sino se les hubiera caído al instalarla, ya que solo pasan viñetas de flores, nevadas, un caballito y fuegos artificiales, de esas que usamos como fondo de pantalla animada.

Dicho todo lo anterior, aquí los gastos dados a conocer oficialmente por los gobiernos estatal y municipal de Chihuahua.

Costo 30mdp + 4.8mdp IVA = 34.8mdp

Repartidos en:

34 % Escenografía

34 % Soporte tecnológico, micrófonos y plantas de luz

20 % Honorarios

4 %   Publicidad

4 %   Transportación, alimentación, renta de salón para ensayos y hospedaje

2 %    Vestuario y utilería

1 %    Fianzas, permisos y planos

1 %    Audio y video

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9 thoughts on “Desde la óptica de una crítica teatral, ‘La golondrina y su príncipe’ es una propuesta artística fallida disfrazada de oropel”
  1. Muy bien por ti, querido y respetado periodista Carlos Urquidi.
    Alguien tiene que decirles, y hacerles ver sus patrañas y mezquinos intereses monetarios a los gobernantes y toda la horda de secuaces que tienen. Da coraje, pero también da coraje que desafortunadamente tu reportaje quede marginado en algún rincón de las hemerotecas periodísticas, Saludos cariñosos.

  2. Nunca la calidad, el talento, o la capacidad para desarrollar una buena puesta en escena, requiere de presupuestos tan altos. Esto es un despilfarro que solo demuestra la arrogancia de quien propuso esto y la ignorancia de quien lo financió.

  3. Qué bárbaro, Carlos! Te aventaste una amplia y detallada crítica, con toda la experiencia que tienes. Casi vi la obra sin haber ido. Ya había escuchado algo de mi sobrina que es directora de teatro, pero tú hiciste un análisis muy puntual. Te felicito, te mando un abrazote

  4. Me encantó tu reseña tan detallada. Todo es una infamia, no solo el recurso gastado si no lo chafa de la producción, ni Cachirulo en tiempos de hambre. Insulta que nos quieran «agradar» con cartones feos, ¿se supone que eso compensa la oportunidad de ver el trabajo de otros artistas ? Pero tal vez lo peor es colgarse de la obra de Wild para ofrecer un producto patito, todo suena más cercano a la vecindad del chavo del ocho.

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  5. Y qué ganamos los chihuahuenses?
    Ya malgastaron o se robaron esos millones!
    A Maria Eugenia y Bonilla les valió gorro la oposición de los ciudadanos😡
    Pero bendito pan… que ellos se lo coman ☹️

  6. Lavado de dinero, es obvio, y ultizando recursos destinados a las artes escénicas, los cuales podrían haberse repartido para producciones de diversos artistas o compañías teatrales, dancisticas o musicales, de la misma Chihuahua… tan siquiera le hubieran pagado dignamente a su talento, pero 1000 pesos por función vs 34 millones, es una mentada de madre… juegan con las necesidades de los y las artistas.

  7. Y que tiene que Maru y Marquito se gasten en una mega obra de teatro, el peje gasta en una rifa que no rifa nada, en una refinería que no refina, en un aeropuerto que no usa nadie y en una marcha que nadie entiende

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