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Chihuahua, Chih.- Desde tiempos ancestrales las historias de los gigantes que vivieron antes de los tarahumaras o rarámuris (ralámuli) en la sierra se ha contado generación tras generación, incluso los pueblos tarahumaras dejaron huella de esta leyenda en muchas pinturas rupestres, como en La cueva de las monas, al norte de la capital, en donde aparecen gigantes acompañados de tarahumaras pequeños: “yo vengo de las montañas donde viven los gigantes”

¿Pero quiénes eran esos gigantes?

Los Ganoko eran seres antiguos hechos por Onorúame, Dios Padre y Madre, mucho antes que a los hombres, pero eran torpes y solían abusar de la naturaleza, por eso se extinguieron.
Pero hubo un tiempo donde esos enormes seres convivieron con los rarámuris, apoyándose mutuamente; los Ganoko ayudaban con el cultivo y preparando la tierra y el tarahumara les daba a cambio alimento y tesgüino, pero los Ganoko no eran buenos y cuando se embriagaban solían abusar de las mujeres tarahumaras y se comían a los niños.
Los rarámuris no soportaron la situación y se organizaron para matar al último Ganoko, ofreciéndole comida envenenada, así el gigante, al comerla, se fue a morir a una cueva en lo alto de la sierra.
Los antropólogos creen que la historia ancestral de los Ganoko fue inventada por los rarámuris para justificar los huesos de dinosaurios u otros seres prehistóricos que encontraban en la sierra y el cuento también servía para educar a los niños en el respeto a la naturaleza, el cuidado de su pueblo y el miedo a estos seres mitológicos.

La cueva de las monas

Enrique Chacón Soria / Antropólogo / INAH

La Cueva de las Monas se localiza en la capital de Chihuahua, al norte de la ciudad, y corresponde a un sitio arqueológico con manifestaciones gráfico-rupestres.
Fue reportada en la segunda mitad de la década de 1980s, época en la cual se realizaron los primeros estudios sobre la historia cultural de los componentes del sitio.
En la década de 1990s, debido al aumento en el número de visitantes-turismo, se realizaron los primeros trabajos de limpieza, instalación de barandales, cédulas y acondicionamiento de senderos.
A partir de las representaciones, formas y colores que albergan las paredes de la cueva, el espacio constituye, sin duda, un ejemplo representativo y singular del arte rupestre no sólo del estado de Chihuahua sino del norte de México.
Desde las primeras interpretaciones a finales de 1980s el sitio se ha nutrido de nuevas opiniones y observaciones sobre la antigüedad de las pinturas y sobre el grupo o grupos que las pintaron, lo cual ha derivado en interpretaciones encontradas, principalmente aquella que les adjudica la autoría a los artistas de la gráfica rupestre.
Las primeras interpretaciones arguyen que fueron los indios conchos quienes realizaron la mayoría de las pinturas, pero a raíz de nuevos hallazgos consideramos que fueron los indios tarahumaras los responsables del mayor número de pintas.
Se arguyen al menos tres etapas pictóricas en la Cueva de las Monas: arcaica (+/-500d.C.), colonial (S.XVII-XVIII) y apache (S.XIX).

EL DATO
La Cueva de las Monas se ubica a la altura del kilómetro 38 de la carretera Chihuahua-Ciudad Juárez y 11 kilómetros hacia el oeste. Pasando la Caseta de Sacramento, rumbo a la presa.

Fotografías: Carlos Urquidi G.

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